La Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal) y la Asociación Salvadoreña de Agentes de Carga (ASAC) brindaron una conferencia de prensa conjunta en la que abordaron las implicaciones de la crisis de la cadena logística y cómo la están enfrentando las empresas salvadoreñas.
Por parte de Camarasal se contó con la participación de Karla Méndez, coordinadora de la Dirección de Asuntos Económicos de la gremial, quien explicó que la crisis del sector logístico ha afectado el comercio en El Salvador en la temporada alta, ya que no se pudo ingresar al país toda la mercadería requerida. Esto significa que en la temporada baja del 2022 estaría ingresando lo que no pudo ingresar para fin de año.
Además, la representante de la gremial indicó que se ha detectado algún nivel de desabastecimiento en productos de todo tipo para la temporada, con énfasis en los provenientes de China; sin embargo, no se puede asegurar que haya una escasez de mercancías a corto plazo.
Esta situación ha llevado a las empresas a adquirir inventarios para un período más largo, ya sea en materia prima o en productos finales, para garantizar el abastecimiento y poder continuar con los giros de sus negocios. Esto también implica una mayor necesidad de capital de trabajo para poder costear los incrementos en volumen, costo en fletes,
bodegas, etc.
“Lo que sí es una realidad es que mientras las materias primas sigan en ascenso la subida de los precios será inevitable, afectando tanto al sector empresarial como a los consumidores finales”, explicó Méndez.
Por su parte, Javier Ayala Sastre, presidente de ASAC, señaló que la crisis experimentada por el sector evidenció la fragilidad de las cadenas logísticas en los diferentes tipos de industrias, factor que representa un potencial freno para la recuperación económica, que se refleja hoy en una inflación superior al promedio experimentado en las últimas tres décadas en Estados
Unidos (6.2% al mes de octubre); y en El Salvador, de un 5.13%, la más alta constatada desde el proceso de dolarización.
Según los expertos del sector, se puede especular que la situación durante el próximo año será similar a la de 2021; aunque se suman complejidades que podrían incrementar los efectos negativos, como la disrupción de la cadena de suministro, la confusión en los mercados laborales y una fuerte demanda por parte de los consumidores, alentada por las ayudas de los gobiernos en los distintos países.