Dinámica y decidida, así era doña Bellyni Sigüenza, quien desde los negocios impulsó el turismo del país, destacando sus bellezas y, sobre todo, la calidad humana de los salvadoreños, la cual mostraba en su propia personalidad.
Nacida en Ciudad Delgado, la empresaria tuvo desde su juventud el impulso de emprender y durante toda su vida mostró el dinamismo y la visión para hacerlo.
Doña Bellyni se tituló como contador público certificado de la Universidad de El Salvador con mucho esfuerzo, luego trabajó varios años en una empresa, hasta que se decidió por iniciar su propio despacho contable. Y aunque esa aventura no funcionó, fue el primer paso para iniciar su camino como empresaria hotelera.
En septiembre de 1995, con seis habitaciones, comenzaron las operaciones del Hotel Villa Serena, en la colonia Flor Blanca de San Salvador, con la iniciativa y liderazgo de doña Bellyni. Y ahí no paró, continuó su lucha hasta fundar toda una cadena de hoteles en San Salvador.
Así era conocida doña Bellyni, activa y siempre dispuesta a colaborar, y fue ese espíritu el que la llevó a ser socia de Camarasal desde mayo de 2006. Desde ese momento puso su empeño en apoyar a otras mujeres emprendedoras desde el Comité de Empresarias de la gremial, del que fue parte por varios años.
Además de su aporte en la gremial, la empresaria tomó parte activa en la promoción del turismo, involucrándose en grandes proyectos, fundando en 2002 la Asociación de Pequeños Hoteles de El Salvador y la Federación de Pequeños Hoteles de Centroamérica.
Doña Bellyni deja en la gremial y en el país una huella imborrable y siempre será recordada por su disposición a colaborar, siempre con una sonrisa.